Entre las líneas de actuación contempladas en el plan, destacan las actuaciones de control del fraude fiscal, centradas en contribuyentes y profesionales con signos externos de riqueza que no se correspondan con los niveles de renta declarados, acciones destinadas a combatir la economía sumergida y la atención prioritaria a otras áreas relacionadas con la fiscalidad internacional, como la utilización abusiva de los precios de transferencia, sobre todo en tres grandes conceptos: las reestructuraciones empresariales, la valoración de los intangibles y el tratamiento de las pérdidas derivadas de la crisis económica global.
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